Primer militar asesinado en Pamplona, 1936: José Rodríguez Medel


Encuentro un artículo en Nuevatribuna, dedicado a “El asesinato del Comandante de la Guardia Civil, José Rodríguez-Medel Briones, Pamplona, 1936”.  Escrito por Edmundo Fayanas Escuer   el 16/06/20

Es un artículo extenso, minucioso, rico en datos, nombres y explicaciones de la situación y actuaciones de los actores de aquel momento. Yo sólo extraigo aquí algunos datos, incluso «textos» que ilustran el hecho y al Comandante Rodríguez Medel, primer militar de la península asesinado. Dejo el resto, de gran interés para cualquier lector interesado en el enlace ya indicado más arriba.

  • Muy joven con veinte años llega a Pamplona como teniente de la guardia civil en el año 1908. Aquí conoció a la que sería su mujer…, la pamplonesa Lucía Carmona, con la que contraería matrimonio, el veintiuno de septiembre del año 1911 en la conocida iglesia pamplonesa de San Nicolás.
  • Después de abandonar Pamplona, pasa por  Granada con su familia, abandonando el cuerpo de la Guardia Civil para dedicarse a un trabajo civil: dar clases de matemáticas que era su gran pasión.
  • Reingresa en el instituto armado como comandante en el año 1933, solicitando los destinos de Madrid Pamplona.

Junto con el nombramiento de Emilio Mola como gobernador militar de Pamplona, se decide la incorporación de ocho jefes a sus destinos, como el nombramiento de José Rodríguez-Medel al mando de la Comandancia de la Guardia Civil. «

Mola llega a Pamplona el catorce de marzo de 1936. El general Mola conocía a Medel de su etapa en la Academia de Infantería de Toledo, pues habían coincidido en sus estudios para oficial en la Academia de Infantería, en el año 1905.

El general Emilio Mola consideró el nombramiento del comandante Medel un obstáculo para sus planes de sublevación. De hecho Medel había presentado sus respetos al gobernador de Navarra y al alcalde de PamplonaTomás Mata, pero no así a la autoridad militar, de la que Mola era jefe.

Mola lo tomó como una afrenta personal, haciéndole llamar a Capitanía. El Comandante acudió con el uniforme del cuerpo. El general le indicó que debía dejar el sable fuera del despacho, a lo que le contestó que sin el sable de la uniformidad no entraba, pues estaba allí ostentando el cargo que como Jefe de la Comandancia de la Guardia Civil en Navarra le corresponde.

El general Mola necesita asegurarse que la Guardia Civil de Navarra se sumara a la conspiración. Por eso Medel suponía un fuerte contratiempo, pues era consciente de la fidelidad de éste a la República. Mola consideraba que parte de la Guardia Civil de Navarra se sumaría a su causa, pues su anterior jefe, el teniente coronel Gregorio Muga también estaba en la conspiración y tenía plena información de lo que pasaba en la Comandancia de Pamplona.

Era consciente que tanto Medel como el comandante José Martínez Friera y el capitán cajero Ricardo Fresno Urzaiz eran fieles a la República.

El día dieciocho de julio por la mañana, resumo yo,  el general Mola llama a su despacho al Rodríguez Medel y tiene con él una conversación (conversación explícita en el artículo aludido), en la que manifiesta su disposición a colaborar en una sublevación para salvar a España… A lo que el comandante le replica que no puede secundar su iniciativa y que la Guardia Civil se mantendrá con el Gobierno instituido. Le amenaza con consecuencias aunque le asegura no obstante que puede irse tranquilo.

Y continúa el autor:  «Mola sabía que si se llegaba al enfrentamiento, correría la sangre y las consecuencias podían ser imprevisibles, pues temía que el cuerpo de Asalto también se uniera a la Guardia Civil a pesar de su jefe, el capitán Atauri.

Tras abandonar la Comandancia Militar de Pamplona y reunirse con el gobernador civil de la provincia, recibe la orden del inspector general de la Guardia Civil, general Pozas de agrupar las fuerzas de la guardia civil y establecerse en Tafalla para establecer una línea defensiva para lo que contaría con sus guardias civiles, los guardias de asalto que era un cuerpo de clara tendencia izquierdista, a excepción de su jefe el capitán Atauri y contaría con el apoyo de las organizaciones obreras, sobre todo de la zona sur de la provincia, para así aislar a Navarra por el sur.

Al llegar a la Comandancia dio la orden para que todos los guardias se prepararan para el traslado de toda la Comandancia a Tafalla. Eran las 20 horas y estando formados los guardias civiles dio una arenga:

“Supongo que todos estaréis dispuestos a seguirme. No tengo por qué decir a dónde ni con qué objeto, porque los militares tienen la obligación de seguir a sus jefes sin más. Lo único que puedo decir es que es preciso hacer un esfuerzo supremo, del que necesita el Gobierno es estos instantes”.

Termina la arenga con un “VIVA LA REPÚBLICA”.  Se produjo un silencio y nuevamente grito “VIVA LA REPÚBLICA”, y esta vez fue respondido con “VIVA ESPAÑA”.

Rodríguez Medel se dirige a la columna que estaba preparada a las puertas de la Comandancia, en la pamplonesa calle Ansoleaga, cuando por la espalda el guardia civil que hacía de chofer del Comandante Rodríguez Medel le dispara con un subfusil dos disparos que le causaron su muerte inmediatamente.”

Hasta aquí los hechos que más me interesaban relatar. Asevera el autor del artículo: “Debe de quedar claro que los disparos fueron por la espalda, como dio fe el oficial del Juzgado de Pamplona, que participó en el levantamiento del cadáver. Como puede comprobarse por los orificios de la guerrera del comandante. Fue a traición y sin que hubiera enfrentamiento alguno. Debemos saber, que durante muchos años la familia del comandante, guardó la guerrera del militar en la que se contempla sin la menor duda los dos orificios en la espalda.

Rápidamente llega para hacerse cargo de la Comandancia el coronel Beorlegui que ordena la detención del segundo jefe de la Comandancia, el Comandante Martínez Friera y del capitán cajero de la Comandancia Fresno Urzáiz.

Desde el hecho de la muerte/asesinato hasta el triunfo de los sublevados se utilizó partidariamente la muerte del comandante Medel…, así lo va señalando el autor en otras tantas noticias del Diario de Navarra y actuaciones de la esposa viuda del Comandante…

Para finalizar señala: «Esto es lo que sucedió el dieciocho de julio de 1936. Esta es la verdad histórica y que tanto dolor produzco en toda Navarra.»

Añade varios apéndices, de los cuales informaré en alguna otra entrada. No quiero acabar sin señalar la extensa bibliografía citada por el autor y su presencia en las redes…, Edmundo Fayanás Escuer.

Nota: tanto los textos en itálica como las fotos que se incluyen pertenecen al artículo citado.


Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *