«San Juan», reseña y comentarios


 

De la edición de «San Juan» extractos de la  introducción y notas de Manuel Aznar Soler.

«San Juan» en el conjunto de la obra teatral de Max Aub

«San Juan» es incluida por el propio autor dentro de su llamado Teatro Mayor. Escrita a finales de 1942 y publicada en 1943, fue inspirada, según él mismo afirma en la dedicatoria, en su propia experiencia al ser deportado de Port Vendres al campo de concentración argelino de Djelfa en el barco Sidi Aicha «esta obra que vi, clara, maniatado en la bodega de un barco francés peor que este «San Juan,» de mi tragedia». En sus bodegas, Aub compartió tres días de viaje con 150 prisioneros más, dos de ellos españoles. Sin embargo, parece que el conocimiento por parte del autor de la tragedia de numerosos barcos de emigrantes y exiliado que buscaban puerto de acogida, fue determinante. Según consta, la prohibición de desembarcar se aplicaba únicamente a la población judía. Ese fue et caso del «Flandel» que llegó al puerto de Veracruz con 327 republicanos españoles y 104 judíos alemanes. Sólo se dio refugio a los primeros; el resto tuvo que regresar a Alemania. El nombre dado por el autor al barco protagonista de su drama, pudo estar influido por la tragedia similar del «San Louis», aparecida en la prensa el 12 de junio de 1939. Como señala Arie Vicente, «en el cambio que Aub da al barco..,existe un matiz de ironía por haber  escogido el nombre de un santo que, en lugar de renovar la vida por el bautismo, da la muerte…»

Estructura de la obra

Estructurada en tres actos, cuenta con un solo decorado. Como señala Manuel Aznar en la última edición de San Juan «este espacio (el buque) es único pero múltiple (la bodega, el puente de mando, el entrepuente, la cubierta)… Esta unidad también está presente en lo que respecta a la acción dramática, al desarrollarse entre las dos de la tarde de un día, y las primeras horas del atardecer del día siguiente, si bien lo realmente interesante es la simbología que se desprende de los diferentes momentos en los que se desarrolla la acción (día, noche, atardecer).

Acción dramática, valores morales y sociales

Pero sin duda lo realmente interesante de la acción dramática de San Juan reside en su dinamismo, al cambiar con gran rapidez el foco de atención de una zona del espacio escénico a otra y al introducir continuamente personajes en escena, lo que lleva a un estado de fragmentación casi continuo. Esta unidad temporal y espacial puede llevar a concebir este texto como una tragedia clásica. Sin embargo, los personajes de San Juan no se encuentran a la merced de unos dioses majestuosos que les llevan hacia un destino predeterminado; su situación es fruto de la insolidaridad de los gobiernos, libres, y en gran medida de su propio inmovilismo, y es aquí donde aparece el humanismo socialista aubiano. Lo que importa es el hombre. El hombre frente a los intereses mercantilistas, capaces de embarcar un carbón de peor calidad que se embarca cuando los pasajeros son caballos, ya que la carga carece de valor. El fatalismo no existe. La salvación del hombre pasa por su propia acción; sólo el hombre puede cambiar la realidad. y la gran aportación de Max Aub reside en apostar por las acciones conjuntas en este proceso de transformación. Así, todos los intentos individuales de salvación van a estar abocados al fracaso (Carlos, Berheim) a diferencia de las posturas colectivas Geva y sus  compañeros), que si bien no somos testigos de su destino, al menos son los únicos ‘Salvados» por el autor. Aunque esta salvación no es un cheque en blanco, Su destino es la zona republicana española durante la guerra civil, por lo que no sólo deberán luchar por huir del «San Juan», sino que la lucha deberá continuar en tierra, «embarcados» en un conflicto bélico que poco a poco les conducirá a una situación paralela a la de las bodegas del barco. y es ahí  posiblemente donde resida la grandeza de Max Aub; el hombre debe luchar. Y esta lucha es continua, todo los días de su vida. Como afirma Manuel Aznar, «Max Aub defiende la salvación colectiva no por la fe, es decir, por la pasividad en este mundo ante la  promesa de la felicidad en el paraíso, sino por la acción transformadora, por la lucha para cambiar este nuestro mundo, ya que sólo en esa lucha reside la esperanza de un mundo mejor. Por que sin lucha no hay esperanza, y sin esperanza la lucha es estéril. Por eso el protagonista de San Juan no es individual, sino colectivo, construido con una técnica perspectivista muy semejante a la de El cerco de Numancia de Cervantes, como afima Ruiz Ramón, con el uso de escenas sueltas mediante las cuales el autor hace desfilar ame nosotros la angustia, el dolor, la desesperanza, los deseos, el miedo. la cólera, la cobardía y el heroísmo, la generosidad y el egoísmo, de ese coro de condenados, individualizados en unos cuantos personajes que los representan». Protagonismo coral que sin duda no es incompatible con la caracterización de rasgos individuales que inundan la psicología de los personajes unitarios. Por todo esto, San Juan ha sido considerado como el máximo exponente del realismo testimonial y dialéctico de Max Aub. Su apuesta por la denuncia de situaciones históricas bañadas por la tragedia, supone una actitud clara ante las contradicciones del ser humano, sea cual sea su condición, origen, incluso momento histórico en el que aparece, Como el propio autor afirmó, «un intelectual es aquel para quien los problemas políticos son, ante todo, problemas morales».

Pido disculpas si he errado en la «autoría» del texto porque estravié la fuente. Añado este otro enlace de interés sobre una representación de la misma obra.

«De ahora en adelante», blog con reseña a la puesta en escena en 2013 de «san Juan» de Max Aub. Javier Quiñones  Pozuelo.


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