Max Aub al ordenar el listado de sus obras para su Teatro Completo, en 1968, indica que su «gran teatro» lo forman seis obras: «La vida conyugal», «San Juan», «El rapto de Europa o siempre se puede hacer algo», «Morir por cerrar los ojos», «Cara o Cruz» y «No».
He leido algunas, de las que por ahora reseño tres, extrayendo la reseña argumental de hispanoteca.
«San Juan» (1943)
La obra transcurre en 24 horas del verano de 1938 en el interior de un buque. Los pasajeros son un inmenso coro de emigrados judíos que huyen de los nazis. En ningún puerto les dan permiso para desembarcar. Vueltos a alta mar, el barco comienza a hacer agua. Hacinados en la bodega, esperando la muerte, al final se oirá la voz del rabino recitando el salmo 78: “Y acordóse que eran carne, soplo que va y no vuelve”. El telón desciendo en medio de una oscuridad absolutas. La obra presenta en escenas sueltas la angustia, el dolor, los deseos, la cobardía, le heroísmo, etc. Cada personaje presenta su peculiar biografía, su condición social, moral y psicológica. La obra acusa a las naciones libres de no prestar ayuda a los perseguidos por el nazismo. Publicada dos años antes de terminar la Segunda Guerra Mundial (1945), Max Aub invalidaba ya entonces el fácil esquema de vencidos-culpables y vencedores-inocentes.
«Morir para cerrar los ojos» (1944)
Es el drama más extenso del autor. Es una vasta crónica del envilecimiento del pueblo francés en 1940, en vísperas de entregarse a los nazis. Nos presenta a un pueblo abatido por el miedo, el egoísmo, la falta de solidaridad, la codicia, etc. El tema de la obra es el drama colectivo. Las situaciones son desenmascaradoras de la realidad. La estructura es absolutamente abierta y la construcción es perspectivista; cosas aprendidas por Max Aub del cine y de la novela y empleadas en el teatro. Es lástima que este teatro no fuera estrenado en su tiempo, pues era un teatro revolucionario con una gran proyección social e histórica.
El rapto de Europa (1946)
La acción, Marsella 1941, nos vuelve a poner en contacto con fugitivos que huyen de diferentes países de los nazis. La figura central es Margarita, norteamericana que dedica su vida y su dinero a salvar a los refugiados. Señala Max Aub que la salvación humana no viene de los sistemas, sino de individuos concretos.