«Varsovia», poema de C. Milosz


Segunda época en la obra literaria de Czeslaw Milosz: poemas desde 1945, deja la etapa primeriza, extraña pero compartida con otros autores, para ser más personal y seguir su propio camino, que queda claro hasta en el título del poemario “Salvación”: realidad y fantasía.

La Antología citada selecciona ocho poemas, dos son extensísimos con diversos estrofas/apartados en cada uno; son “El Mundo. Poema ingenuo” con 20 estrofas, las más con título concretos.. (Ver mi otra entrada), y “Voces de la pobre gente” con otros 6 apartados más.

Acaba con el último …

VARSOVIA

«Poeta, ¿ qué haces en las ruinas

De la catedral de San Juan,

En ese cálido día de primavera?

¿Qué piensas aquí, donde el viento

Del Vístula al soplar esparce

Un polvo rojo de los escombros?

Prometiste que nunca serías

Una plañidera.

Prometiste que nunca tocarías

Las grandes heridas de tu nación

Para transformarlas en santidad,

Una maldita santidad que persigue

A los descendientes muchos siglos.

Pero este llanto de Antígona

Que busca a su hermano

Es realmente imposible

De resistir. Y el corazón

Es una piedra, y como un insecto

Está encerrado el oscuro amor

Por la más desgraciada de las tierras.

No quería amar así,

No era éste mi objetivo.

No me quería lamentarme así,

No era éste mi objetivo.

Mi pluma es más ligera

Que la pluma de un colibrí. Este lastre

No es para mis fuerzas.

¿Cómo tengo que vivir en este país

Donde el pie tropieza con huesos

De allegados no enterrados?

Oigo voces, veo sonrisas. No puedo

No escribir, porque cinco manos

Cogen mi pluma

Y me obligan a escribir su historia,

La historia de su vida y su muerte.

¿para esto he sido creado,

Para convertirme  en una plañidera?

Yo quiero cantar los festines,

Los alegres boscajes por los que

Me conducía Shakespeare. Dejad

A los poetas un instante de alegría,

O desaparecerá vuestro mundo.

Es una locura vivir así, sin alegría,

Y repetir dos palabras

Dirigidas a vosotros, muertos,

A vosotros, cuyo destino

Debía ser la alegría

De los actos, del pensamiento y el cuerpo,

Dos palabras salvadas:

Verdad y justicia.»

Cracovia, 1945

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